¿Por qué todo el movimiento asociativo debería aprender lectura fácil?

equipo de validación lectura fácil

Sería una buena idea que
las personas que trabajan o colaboran
en las asociaciones de Plena inclusión
aprendiera la lectura fácil
y la hicieran en su trabajo.

La lectura fácil es una forma de hacer
documentos más fáciles de entender.

Ahora mismo sólo algunas personas
que trabajan en accesibilidad
saben hacer lectura fácil.

Así que hay muchos documentos
de las asociaciones
que son difíciles de entender.
Y también hay charlas, presentaciones
y conferencias que las personas
para las que trabajamos
tienen dificultades para entender.

Plena inclusión ha contribuido
a conseguir muchos logros:

  • Asegurar el derecho al voto.
  • Prohibir la esterilización forzada.
  • Que haya más personas con discapacidad
    en las juntas directivas
    que toman decisiones en las asociaciones.

Propongo un nuevo logro
que podemos conseguir:
que todas las personas que trabajan
en organizaciones de Plena inclusión
sepan hacer lectura fácil.

Así, los equipos de accesibilidad
tendrán más tiempo para adaptar
documentos muy importantes
para las personas con discapacidad:

  • Temarios de oposiciones.
  • Programas electorales.
  • Leyes que les afectan.
  • Información sobre salud.

Mientras, el resto de personas
pueden hacer más fáciles de entender
documentos internos de las asociaciones:

  • Programas de congresos.
  • Los formularios para apuntarte.
  • Los cursos de formación.

Lectura fácil primero

Otra propuesta es que intentemos
que todos los documentos
estén desde el principio
en lectura fácil.

Es decir, no hace primero
una versión difícil y luego
adaptarla a lectura fácil.

En las ofertas de trabajo

Otra idea es que
en las ofertas de trabajo
de las asociaciones pidamos
que las personas sepan lectura fácil.

Ahora mismo a menudo
pedimos que sepan inglés,
pero es mucho más importante
la lectura fácil
para nuestro trabajo.

El siguiente paso

Después de aprender lectura fácil,
todas y todos deberíamos aprender
algo sobre sistemas alternativos
y aumentativos de comunicación.

Pulsa en este enlace para saber
qué son los sistemas alternativos
y aumentativos de comunicación.

Versión en lectura difícil

Este contenido está en lectura difícil Este contenido NO está adaptado a Lectura Fácil

Esto me pasa hace años. A veces siento que trabajamos en la embajada de Italia y la mayoría de las personas hablan francés. Solo un pequeño grupo hablan italiano. Así que la mayoría crea documentos que no entienden las personas para las que trabajan o dependen de un pequeño grupo de profesionales, con una gran sobrecarga de trabajo.

Siento que trabajamos en la embajada de Italia y la mayoría de las personas hablan francés.

Pero también puedes leerlo como una propuesta, una invitación o un desafío. Lo digo ya claro: todas las personas que trabajamos o colaboramos en el movimiento asociativo Plena inclusión deberíamos aprender lectura fácil, aunque sean unas nociones básicas, y aplicarla en nuestro trabajo.

Plena inclusión se ha propuesto y contribuido a muchos cambios: asegurar el derecho al voto, la prohibición de la esterilización forzada, que cada vez haya más personas con discapacidad en juntas directivas.

Quién sabe si, en breve, otro de los hitos que podamos celebrar será que la mayoría del personal de Plena inclusión sepa lectura fácil.

Quién sabe si, en breve, otro de los hitos que podamos celebrar será que la mayoría del personal de Plena inclusión sepa lectura fácil.

Pero, ¿por qué y cómo llegar ahí?

Por coherencia

La primera razón creo que se puede deducir de todo lo anterior expuesto: por coherencia y ética. No podemos seguir permitiendo que, por ejemplo, haya personas participando en la toma de decisiones de nuestras juntas directivas que no entienden la documentación de las reuniones o las intervenciones del resto de miembros de la junta.

Sobrecarga de equipos de accesibilidad

Desde hace tiempo, los equipos de accesibilidad han adaptado miles de documentos para que sean fáciles de entender. Pero, detengámonos a pensar: si queremos conseguir una organización realmente accesible, ¿creéis que unas pocas personas pueden y tienen capacidad de adaptar la cantidad de información que producimos cada día?

Incluso aunque solo se adapte una selección de esos documentos, son muchos documentos.

Además, no solo se trata de los documentos clave. Deberían ser accesibles los programas de los eventos, los formularios de inscripción, los contenidos de nuestras páginas web y redes sociales, las cuentas, la memoria de la asociación, las presentaciones que compartimos en seminarios y jornadas… y también nuestra forma de hablar en persona, atender por teléfono, redactar mensajes o exponer algo en público.

Es un cantidad tan inmensa que no sé cómo no nos hemos dado cuenta de que es imposible que la asuman solo equipos especializados. De hecho, podemos comparar esta situación con otra imaginaria y exagerada en la que solo una parte del equipo supiera usar el programa Word y el resto dependiera de ese equipo para poder trabajar.

Otro factor que creo que ha influido mucho en que haya tantas personas que no se atrevan con la lectura fácil es el recorrido hacia la calidad y la profesionalización de la misma. Desde 2018, por ejemplo, tenemos una norma UNE, la primera en el mundo, para adaptar y validar documentos.

Es un documento de más de 40 páginas que es difícil que cualquier persona memorice y, sobre todo, que para poder hace buena lectura fácil hace falta mucha práctica.

Pero es urgente que, por un lado, venzamos esa resistencia y, por otro, que esperemos documentos perfectos de quienes empiezan. Igual que a muchas y muchos nos llevó años -y seguimos aprendiendo- creo que siempre será mejor intentar y practicar antes que seguir manteniendo esta situación.

Mi sugerencia es que prioricemos. Los equipos profesionales de la accesibilidad deben tener tiempo para encargarse de adaptar los documentos externos clave para el cambio social: desde los temarios de las oposiciones que han permitido a tantas personas conseguir un trabajo estable, a materiales educativos para lograr una escuela inclusiva o literatura para favorecer el acceso a la cultura.

El resto, sobre todo los documentos internos, desde actas y formularios de inscripción a encuestas, informes o noticias, deberíamos aprender a hacerlos fáciles de entender todas y todos.

Presenciar una validación

He participado en muchos talleres para enseñar la lectura fácil. Siempre que puedo, intento contar siempre con una persona validadora.

A menudo, sugiero a la entidad que nos proporcione algún documento y hacemos la prueba de que la persona validadora lo intente leer. Solo escuchando las dificultades que tiene al leer, sin hacerle preguntas, entendemos muchas cosas.

Para mí, lo más transformador que he vivido en Plena inclusión no ha sido ningún congreso ni ningún seminario. Han sido las numerosas sesiones de validación en las que he podido sufrir escuchando las dificultades de nuestras compañeras y compañeros para entender ciertos documentos. Me hacen preguntarme: ¿Cómo no me he dado cuenta de lo difícil que es esto o lo otro?

Pero, también, esas sesiones me han hecho disfrutar -y encontrar sentido a mi trabajo- percibiendo la mutación de su rostro, su alegría y satisfacción al por fin comprender algo, casi apropiárselo.

La gran formación

Concreto aún más el desafío: propongo que todos los equipos de Plena inclusión -profesionales, familias, voluntariado, las propias personas con discapacidad- puedan recibir sesiones de formación sobre lectura fácil. Al menos básicas.

Y que, sobre todo profesionales, reciban una formación y hagan las suficientes prácticas para que puedan sentir la seguridad de escribir algo cercano a la lectura fácil, aunque no cumpla todas las normas, que sea mucho más sencillo.

A este tiempo de talleres en los que participen tantos miles de personas que componen nuestro movimiento asociativo le podríamos llamar «la gran formación».

Mientras eso ocurre, si este artículo te ha tocado ya la fibra y sientes urgencia, puedes empezar por este curso básico de lectura fácil. Es solo una introducción, pero ¡oye! un primer paso.

Lectura fácil primero

El siguiente paso sería priorizar que la mayoría de los documentos -en la medida de nuestra capacidad- estén directamente en lectura fácil. O, al menos, en algo muy cercano que solo haya que revisar.

De hecho, a menudo no nos damos cuenta de que la forma tan difícil en la que escribimos hace muy ardua la labor de los equipos de accesibilidad.

De la lectura fácil primero ya hablé en un artículo anterior.

Lectura fácil en las ofertas de trabajo

Hasta ahora, la propuesta está orientada para las personas que ya están en el movimiento asociativo. Pero también podemos pensar en las nuevas que se puedan incorporar.

Otra compañera de Plena inclusión suele señalar algo con gran lucidez que me recuerda a esa embajada de Italia: ¿por qué en las ofertas de trabajo de tantas asociaciones seguimos pidiendo inglés -que raramente usamos- en lugar de priorizar a profesionales que sepan hacer lectura fácil?

Cuanto más salga esto en las ofertas de trabajo, más personas se preocuparán por tener esa formación antes de presentarse a cualquier empresa.

Y quién sabe si algunas administraciones públicas o empresas decidirán también incorporar ese criterio para seleccionar a personal. Sería, de repente, una forma de dar ejemplo y un síntoma claro de éxito.

La otra gran formación

Y, ya que estamos fantaseando, tras esta gran formación, vendría la siguiente: todas y todos deberíamos tener nociones de SAAC, es decir, sistemas alternativos y aumentativos de comunicación.

Olga Berrios

Equipo de comunicación

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