En este artículo,
hablamos sobre retos de la tecnología
y las personas con discapacidad intelectual.
Muchas personas con discapacidad
no pueden teletrabajar.
Teletrabajar es trabajar desde casa
con un ordenador, por ejemplo.
No pueden teletrabajar porque:
- No tienen tecnología o conexión a internet.
- No saben usarla.
- La tecnología es difícil de entender.
Por estas razones,
la tecnología debe avanzar mucho
para que quien lo necesite
pueda teletrabajar.
Además, las personas con discapacidad
también deben poder tener trabajos
relacionados con la tecnología.
Una buena idea es usar la tecnología
para explicar de forma fácil
las tareas del trabajo.
Las empresa suelen contratar
a pocas personas con discapacidad intelectual.
Y sus trabajos suelen ser siempre parecidos.
En ese sentido,
un reto es que las personas con discapacidad
también deben tener trabajos
en el mundo de la tecnología.
Por ejemplo: creando páginas web.
Un riesgo de la tecnología en el trabajo
es que la usen solo
para controlarte o explotarte.
Por ejemplo: para que trabajes más horas
de las que debes trabajar.
La tecnología en el trabajo puede servir
para otras cosas como:
- Colaborar con tus compañeras y compañeros.
- Animarte o motivarte.
- Aprender a hacer nuevas tareas.
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Según un estudio de Plena inclusión con el INICO, durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, el 70,9% de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo no pudieron continuar con sus trabajos.
Puede deberse a variadas causas: quizá se vieron envueltas en algún ERTE, sus puestos de trabajo suelen ser de carácter más presencial o, me temo también muy relacionado con lo anterior, no tienen los apoyos necesarios para teletrabajar y –a la vez– la tecnología no es accesible.
Así que está claro: la tecnología tiene que mejorar mucho para contribuir a lograr que más personas con dificultades de comprensión trabajen. Por ejemplo: que puedan teletrabajar o que puedan tener trabajos con base tecnología.
Por otro lado, también la tecnología puede apoyar para simplificar la comprensión de las tareas laborales. En ese campo, podemos mencionar iniciativas como Mefacilyta o SoyCappaz.
Por señalar un riesgo, es que se orienten el uso de la tecnología en el empleo solo al control y la productividad competitiva de las y los empleados. Es decir: que pensemos solo en su uso para comprobar la puntualidad o presionar con más tareas, en lugar de explorar sus posibilidades para aumentar la motivación, la colaboración en equipo o el desarrollo profesional.
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Olga Berrios
Responsable de Accesibilidad