Javier Pérez, autogestor y persona con discapacidad intelectual, nuevo vicepresidente de A Toda Vela

El nuevo vicepresidente de la asociación almeriense A Toda Vela
se llama Javier Pérez Rodríguez y es autogestor.

Es la primera persona con discapacidad intelectual a la que eligen
en la Junta Directiva para un cargo tan importante.

A Toda Vela es una entidad de Plena inclusión Andalucía que trabaja en Almería.
Javier tiene 32 años y está feliz con su nueva responsabilidad.

Quiere luchar para que las personas con discapacidad intelectual trabajen
en más empresas ordinarias.

También desea promover la vida independiente y en comunidad
de las personas con discapacidad intelectual.
 

Versión en lectura difícil

Este contenido está en lectura difícil Este contenido NO está adaptado a Lectura Fácil

El nuevo vicepresidente de la asociación almeriense A Toda Vela se llama Javier Pérez Rodríguez, es autogestor y se ha convertido en la primera persona con discapacidad intelectual a la que eligen desde su Junta Directiva para asumir este cargo.

Él se muestra orgulloso y feliz porque "me encanta ayudar a las personas con discapacidad, es lo que más me gusta", afirma. Javier, de 32 años, lleva vinculado a la asociación desde que se fundó.

Gracias a la actual gerente de A Toda Vela, Isabel Guirao, que era profesora en su colegio, conoció la existencia de la entidad y comenzó a realizar actividades de ocio, a conocer gente y hacer amigos. Más tarde se formó para ser uno de los autogestores de la entidad hasta que llegó a ser elegido como vocal de la Junta Directiva, cargo que ha realizado hasta ser votado como vicepresidente. Entre sus metas él mismo destaca como fundamentales dos.

La primera es "luchar para que las personas con discapacidad trabajen como todas las personas, en empresas ordinarias, porque es importante que nos conozcan y no nos juzguen", asegura. Cuando le preguntamos qué consiguen las personas con discapacidad intelectual cuando trabajan en empresas ordinarias, responde que "nos aporta seguridad y conocer a otras personas".

Javier trabajó, según nos cuenta, en un ayuntamiento como jardinero en Níjar, durante 6 meses, "una experiencia muy bonica", dice, que "me ayudó a quitarme la vergüenza y el miedo. Antes tenía más". La segunda de sus metas más importantes es que las personas con discapacidad intelectual puedan vivir con amigos y en comunidad, cerca de su familia y amigos y es optimista cuando asegura que "poco a poco lo estamos consiguiendo".

Ser el primer vicepresidente de una asociación con discapacidad intelectual tiene que servir de ejemplo, le decimos, y él asegura que todas las asociaciones deberían contar con personas con discapacidad intelectual en sus Juntas Directivas, "porque aportamos cosas que otras personas no pueden, como la experiencia". Javier tiene la gran suerte de que su familia le apoya en sus decisiones.

"Cuando me nombraron vicepresidente nos fuimos a comer todos juntos, con mis 2 hermanos y mis 5 sobrinos. Me dicen que siga adelante, que haga lo que me gusta".

* Reportaje publicado en el VOCES 440 (Especial vacaciones de verano)

Enlaces relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio