En un Seminario en Madrid, Plena inclusión analiza la asistencia sexual para personas con discapacidad intelectual

El pasado martes 10 de abril, Plena inclusión celebró el Seminario sobre “Asistencia Sexual y personas con discapacidad intelectual y/o del desarrollo”.

Con la presencia de casi 40 personas venidas de diferentes puntos de España, se produjo un espacio de reflexión y aprendizaje en el que se profundizó en qué es la asistencia sexual y cómo adaptarla a las personas con discapacidad intelectual.

Para ello se invitó a diferentes expertos que ayudaron a enfocar la materia. De la mano de Carlos de la Cruz, Director y profesor del Máster en Sexología de la UCJC, sexólogo experto en discapacidad y sexualidad y autor del posicionamiento de Plena inclusión en Sexualidad, encuadró lo que para Plena inclusión significa el derecho a tener una intimidad, como principio fundamental para poder disfrutar de la sexualidad, “la intimidad debemos darla, aunque no la pidan”. Explicó que la sexualidad debe ir unida a unos previos irrenunciables como es la formación en sexualidad a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.

La asesora jurídica de Plena inclusión, Inés de Araoz, puso sobre la mesa los aspectos jurídicos en los que se sustenta este derecho, tal como reza la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad, “en la misma nos habla de autonomía individual incluida la toma de decisiones. El nivel de apoyo que precisen las personas con discapacidad, no la debe limitar”.

Además, Rafael de Asís, abogado especializado en discapacidad, explicó como la figura del asistente sexual tiene una laguna jurídica en estos momentos y que se abre un amplio debate jurídico al respecto.

Para poder profundizar en los diferentes aspectos de la asistencia sexual, el Seminario contó con tres grandes expertos que llevan muchos años trabajando en ese ámbito, aunque más enfocado en la discapacidad física. Francesc Granja, explicó la figura del acompañamiento íntimo y erótico, diferente a la del asistente sexual, con el que se establecen unas reuniones previas para establecer los términos de ese acompañamiento. A diferencia de la asistencia sexual, que apoya en aquellos aspectos físicos en los que la persona necesita, sin entrar a formar parte de las acciones, tal y como explicó Antonio Centeno, del Foro de Vida independiente, quien señaló que “la figura del asistente sexual permite el acceso al propio cuerpo: esa es mi forma de intimidad, yo elijo las manos y el momento”.

Para finalizar, Soledad Arnau, filosofa, sexóloga y activista del Foro de Vida Independiente, dio la visión de género de la discapacidad, “las mujeres con discapacidad intelectual sufrimos mayores cotas de vulneración de derechos que los hombres”.

Posteriormente se estableció trabajo en grupos que generaron un interesante debate que marcará las bases de la postura y el trabajo de Plena inclusión en esta materia.

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